“Estos son tiempos difíciles para nuestra ciudad”, dice el multimillonario alcalde de Nueva York con una voz que puede doblar como un raspador de pintura en cualquier ferretería al este del Mississippi. No es el único en decirle a la gente que estos son tiempos difíciles. El gobierno en Atenas, Grecia tambien le dice a la gente que estos son tiempos difíciles. En Londres, la coalición de los elegantes y de los tontos dicen ellos tambien que estos son tiempos difíciles. En España, Irlanda, Portugal, Francia, Letonia, Wisconsin, Michigan, Ohio etc…
En todas partes, los gobiernos grandes y pequeños, estan diciendo a otras personas que estos son tiempos difíciles. Como si no lo sabíamos.
¿Qué tan difíciles son estos tiempos? No son tan difíciles, al parecer, para que Wall Street, donde el miedo y la avidez se pelean sobre qué hacer con el dinero de otras personas, no podían dar una ganancia de $ 60 mil millones en 2009 o una ganancia de $ 20 mil millones en 2010. No, no son tan difíciles. No son tan difíciles para ellos, los que utilizan el dinero de otros, los que compran y venden futuros, opciones, contratos-aquellas representaciones abstractas del trabajo de otras personas- para que dicen que es difícil para los demás. Esto es un negocio. Este es el mercado libre al trabajo.
Los gobiernos producen sus presupuestos para “tiempos dificiles”. Y los gobernados se preparan para la batalla con el gobierno por las “decisiones dolorosas”, la “dura realidad”, el Blahblahblah. Obedientemente, los dirigentes sindicales, organizaciones de bienestar social, voceros de la comunidad, los políticos denuncian el “impacto negativo” de los presupuestos. Obedientemente, estas fuerzas se movilizan contra los recortes presupuestarios, para la restauración de los fondos a la educación, la salud pública, al transporte público … como si la salud, el transporte, la educación fueron apenas suficientes incluso antes de los recortes, como si incluso en el mejor de los tiempos “nuestra” ciudad era un lugar donde la salud, el bienestar y la educación de nosotros fueron las prioridades de “nuestro” alcalde y de los banqueros de esta ciudad, los poderes del sector imobiliero, los ejecutivos de las empresas, como si eso fuera alguna vez la preoccupación de sus tenedores de bonos.
Esa no fue, no es y nunca será su preocupación. Su preocupación es sólo que los gobiernos de, por y para los tenedores de bonos deben ser seguros y asegurados en caso de lo que ahora les gusta llamar un “evento de crédito”.
Nosotros, para ser un real nosotros viviendo en nuestra ciudad, tenemos que organizarnos más allá de desear y esperar que los recortes en el presupuesto se anulen, que la economía va a mejorar, que no tienen presupuestos previstos con recortes aun peores. Los cortes no se van anular; , la economía no se va a mejorar, y ellos sí preven recortes aun peores.
Los sindicatos, organizaciones de bienestar social y los políticos son incapaces de crear nuestra organización de la clase trabajadora entera. Para ir más allá de desear y esperar, nuestra auto-organización tiene que superar y desbordar los límites, las divisiones, las separaciones de los trabajadores y los pobres en las categorías de “organizados”, “no organizados”, “inmigrantes”, “nativos”, “legales” “ilegales”. Nadie es ilegal. Nadie esta organizado hasta que todo el mundo este organizado.
Podemos entonces empezar a retomar esta ciudad como nuestra ciudad. Y sin duda vamos a crear nuestro propio presupuesto que, por primero, CANCELA TODA LA DEUDA PUBLICA, y luego, hace a los tenedores de bonos una oferta que no pueden rechazar: LES DAMOS $24 EN BARATIJAS Y QUE SE VAYAN TODOS DE NUEVA YORK!
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