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Todas Las Miradas Sobre Longview: Sí Atacan a Uno, Nos Atacan a Todos

Querido(s) amigo(s) y camarada(s):

Os informamos de un conflicto de clase muy serio que está produciéndose en la costa noroeste de los Estados Unidos, en Longview (estado de Washington).

En esa pequeña ciudad, una compañía internacional de cereales, EGT, propiedad conjunta de tres empresas (Bunge de Norteamérica, Itochu de Japón y STX Pan Ocean de Corea) invirtió 200 millones de dólares en la construcción de una nueva terminal cerealera de tecnología punta.

Mientras se estaba construyendo la terminal, EGT anunció que seguiría empleando a los 225 miembros de la sección local 21 de ILWU en Longview, de acuerdo con la sólida sindicalización de los puertos estadounidenses de la costa oeste desde la década de 1930 por parte de ILWU (Sindicato Internacional de Estibadores).

En lugar de eso, cuando terminó la construcción, EGT se dirigió a un sindicato «canalla», la sección local 701 de General Construction and Operating Engineers, con la intención de desplazar a ILWU mediante un contrato que ahorrase a la empresa (según sus propios cálculos) un millón de dólares anuales en costes laborales.

No cabe duda de que la derrota de la sección local 21 será el preludio a otros ataques contra ILWU en toda la costa oeste, y la automación será otro ariete contra ILWU. Está claro que la patronal y el Estado pretenden enfrentar a los trabajadores de ILWU y los militantes de Occupy para aislar y debilitar a ambos. Reconocen y temen el poder comprobado de la acción conjunta Occupy/ILWU.

A pesar de esa amenaza, ILWU International hizo un llamamiento para limitar la protesta a EGT y Longview y no cerrar otros puertos. En todas partes menos Longview van a decir a los estibadores que atraviesen las líneas de piquetes. El 6 de enero, matones de ILWU atacaron un mitin de Occupy Seattle que planeaba acciones de solidaridad con Longview.

Los opositores de la sección local 10 han declarado que cerrarán el puerto de Oakland si el barco intenta atracar. De hecho, los matones que atacaron el mitin de Occupy Seattle el 6 de enero lo hicieron precisamente cuando el líder opositor de la sección local 10 jubilado y estibador de Oakland, Jack Herman, dijo al mitin que las bases de ILWU en Oakland, Pórtland y Seattle habían votado con los pies respetar las líneas de piquetes y cerrar esos puertos el 12 de diciembre—el cierre de puertos de la costa oeste de Occupy—y que volverían a hacerlo cuando el barco cerealero atracara en Longview. Que eso suceda o no, pese a la intensa presión del Estado y los patronos, la complicidad de ILWU Internacional y varios presidentes de las secciones locales, es algo que está por ver.

Tras un pulso que duró meses, el 7 de septiembre del año pasado, la policía antidisturbios escoltó un tren hasta la terminal de EGT y detuvo a 19 personas. En la mañana del 8 de septiembre, cientos de estibadores entraron en la terminal y destruyeron el cargamento de grano. Unas horas después, los estibadores de cinco puertos vecinos, entre ellos Seattle (Washington) y Pórtland (Oregon), declararon una huelga salvaje en solidaridad con Longview.

Desde ese conflicto que tuvo lugar a comienzos de septiembre, 220 de los 225 miembros de la sección local 21 han sido detenidos. El presidente local fue detenido seis veces y la policía le rompió un brazo. En Longview, tanto los matones privados como la policía han creado un ambiente que recuerda a las guerras del carbón de los años veinte. Los matones están asaltando a estibadores por la calle y la policía saca a los miembros del sindicato de sus casas en plena noche.

En algún momento de las dos próximas semanas está prevista la llegada de un nuevo barco a Longview para descargar un cargamento de cereales. Será escoltado por barcos de la Guardia Costera estadounidense, así como por helicópteros; también estarán presentes otras fuerzas policiales y de matones privados para militarizar la localidad. De acuerdo con la nueva ley de seguridad firmada por el presidente Obama en Nochevieja, la National Defense Authorization Act (NDAA), por orden del presidente todo aquel que cometa un «acto beligerante» contra los Estados Unidos puede ser encarcelado indefinidamente sin cargos ni juicio. Los puertos estadounidenses ya están semi-militarizados por «Homeland Security», y para entrar a sus lugares de trabajo todos los días, además de someterles a comprobaciones de antecedentes, se exige a los estibadores que enseñen no menos de tres documentos de identidad electrónicos. No hace falta un gran esfuerzo de imaginación para prever la posibilidad de que las acciones obreras militantes sean vinculadas al «terrorismo».

Es fundamental que este ataque contra los trabajadores de la costa oeste de los Estados Unidos reciba la máxima atención y solidaridad activa a escala internacional. Aunque la fecha de llegada del barco sigue siendo un secreto, las fuerzas de Occupy de la zona de la Bahía de San Francisco, Portland y Seattle están organizando caravanas para converger sobre Longview cuando la fecha se haga pública. En otras partes de los Estados Unidos, Occupy está planeando manifestaciones ante las oficinas de la Guardia Costera y las oficinas de las tres corporaciones que son las propietarias conjuntas de EGT.

El apoyo internacional, empezando por los estibadores de Europa, Asia, África y Sudamérica, también es fundamental. En 2001, cinco estibadores negros de Charleston (Carolina del Sur) tuvieron que enfrentarse a años de cárcel en función de acusaciones falsas después de que la policía cargase contra su piquete. En cuanto los estibadores europeos anunciaron que no descargarían barcos que entrasen o saliesen de Charleston, se abandonaron todas las acusaciones contra los «cinco de Charleston». Algo parecido, a una escala aún más grande, hace falta ahora.

Insurgent Notes urge a todas las personas que reciban esto a sumarse a la lucha, ya sea preparándose para unirse a la convergencia sobre Longview o participando en acciones más próximas a ellos contra la Guardia Costera o Bunge, Itochu y STX Pan Ocean.

El conflicto de Longview será la prueba más reciente y más difícil de la capacidad de las fuerzas que cerraron los puertos de la costa oeste el 2 de noviembre y el 12 de diciembre para seguir movilizando el apoyo de masas. La clave de su éxito será una alianza de clase seria de la base de los trabajadores portuarios, de los transportistas, mucho más numerosos, de los puertos, y de la masa precarizada que constituye el ala radical de Occupy. ¡Convertid esta lucha defensiva en una lucha ofensiva ahora!

Si queréis hacer donativos de dinero para la convergencia sobre Longview, id a

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